Casas
tradicionales
(Fuente:
"Almazul,
un pueblo agrícola" de Alfredo, Agustín
y Alejandro)
El
modelo de casa popular característico de Almazul
y más extendido en el Campo de Gómara
es de piedra y adobe, enfoscada la fachada y con el
tejado a dos aguas. Las casas tienen una base o solera
de piedra y las paredes recrecidas con adobe y entramados
de madera, revocadas generalmente con mortero y cal.
Estos materiales se ajustan al entorno geológico,
ofreciendo un predominio de los sedimentos terrosos
sobre los pétreos, la piedra no es muy abundante
o aflora sólo en estratos profundos, por lo que
su aprovechamiento solamente se puede hacer en los cortados
naturales. Los edificios de más porte se realizan
únicamente con piedra, pero todas se cubrían
a dos aguas con teja curva.
Los
materiales de construcción especializados o trasnformados
se obtenían de forma colectiva. Así, las
tejas a lo largo de este siglo se fabricaban en La Tejera,
situada al norte del pueblo, en una zona de grandes
balsones, donde se cogía decantada la arcilla,
que se mezclaba con tierra de otro lugar; probablemente
de ahí venga el nombre de "La Cantera"
con el que se conoce la zona próxima. Todavía
quedan restos del pequeño horno, que hacía
funcionar, en el buen tiempo, una familia llegada de
la zona valenciana, que ponía en marcha temporalmente
la tejera, realizando dos o tres hornadas, unas 20000
tejas. Los vecinos se encargaban además de pagar
a los operarios, de suministrar el combustible necesario
para cocer las tejas, que eran repartidas entre los
vecinos para cubrir sus necesidades.
Otros
materiales básicos, empleados en la construcción,
se extrajeron o fueron tratados en diferentes lugares
del término, que han dejado documentación
de esta actividad a través de su nombre. Así,
se conoce La Yesera, en el lugar del Bollizo, todavía
recordada por los mayores del pueblo.
Planta
de la casa
La
planta baja se dedica a cuadras y cocina, y la superior
a las habitaciones. La casa está rematada frecuentemente
por un desván para guardar el grano.
En
la planta baja había una estancia o dos para
estar, con sus correspondiente alcoba para dormir, una
amplia cocina, en la que se hacía la mayor parte
de la vida, la despensa y la cuadra, que comunicaba
con el corral, mientras que la planta alta se dedicaba
íntegramente a dormitorios, destinándose
el "desván" a granero y almacén
de otros productos.
Todavía
se pueden ver balcones realizados en buena forja de
hierro, que denuncian la poca abundancia de madera en
la zona, dentro de la floreciente tradición castellana
de la primera mitad del siglo XX, de estilo sobrio,
que utiliza, a veces, esmerados juegos de curvas.
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