Estando
en la bichoza, pintando la mi cayada;
Las cabrillas altas iban, la luna muy rebajada.
Ir de venir siete lobos, por una oscura cañada;
Venían echando suertes, cual entraría
en la majada.
Le toco a una loba vieja, patituerta, cana y parda.
Que tenía los colmillos, Como puntas de navaja.
Dio tres vueltas al redil, y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio, sacó la borrega blanca.
Hija de la oveja churra*, nieta de la oveja ysana;
La que tenían mis amos, para el Domingo de
Pascua.
¡Aquí,
mis siete cachorros! ¡Aquí, perra trujillana*!
¡Aquí, perro de los hierros! ¡A
correr la loba parda!
Si me cobráis la borrega, cenaréis leche
y hogaza;
Y si no me la cobráis, cenaréis de mi
cayada.
Los perros tras de la loba, los unos se esmigazaban;
Y al subir un cotorrito, la loba ya va cansada.
Tomad perros la borrega, sana y buena como estaba;
No queremos la borrega, de tu boca alobadada.
Que queremos tu pelleja, pa´l pastor una zamarra.
La cabeza pa´un zurrón, para meter las
cucharas.
Las tripas para vigüelas*, para que bailen las
damas.
*Razas
de ganado ovino.
*Referente a la ciudad extremeña de Trujillo.
*Se refiere a las cuerdas de un tipo de instrumento
musical.
Versión
de Jesús García Bartolomé, extraida
de la web
de Judes.