| Pueblo 
                          de la recompensa  Almazul 
                          formó parte del pueblo de la recompensa por los 
                          servicios dados por Bertrand Du Guesclin en el siglo 
                          XIV a Enrique de Castilla al matar a Pedro de Aragón. 
                          Es célebre la frase que dijo: “yo ni quito 
                          ni pongo rey solamente sirvo a mi Señor (Enrique)”. 
                          Las tres aldeas: Almazul, Mazateron y Miñana, 
                          junto con La Alameda con tratamiento jurídico 
                          especifico dentro de la Tierra de Soria, formaron los 
                          “cuatro lugares de la Recompenssa”, concedidos 
                          por Felipe II al Duque de Medinaceli, en 1570, a cambio 
                          de las salinas de los Pozos de Sahelices y Alendeque. 
                          Esta es la razón de que Almazul ahora 
                          no pertenezca a la Mancomunidad de los 150 pueblos de 
                          la Tierra de Soria.
  Comentamos 
                          un poco la historia: Pedro I de Castilla atacó 
                          a Pedro IV de Aragón (1356), al tiempo que Inglaterra 
                          se alineaba con los partidarios de don Pedro y Francia 
                          con los de don Enrique, en el marco de la Guerra de 
                          los Cien Años que enfrentaba a ambos países. 
                          Durante la tregua conseguida por la Paz de Terrer (1361), 
                          muertas tanto la reina (se sospecha que asesinada por 
                          orden del rey) como María de Padilla, don Pedro 
                          proclamó herederos suyos a los hijos que había 
                          tenido con esta última, a los que declaró 
                          descendientes legítimos. La guerra se reavivó 
                          en 1362, con suerte favorable para el rey castellano, 
                          que llegó a cercar Valencia. Sin embargo, el 
                          conflicto se equilibró con la intervención 
                          de Francia, que deseaba poner en el Trono castellano 
                          a un monarca proclive a emplear la flota castellana 
                          en su guerra contra Inglaterra; para lograrlo enviaron 
                          a la Península a las Compañías 
                          Blancas, cuerpos mercenarios capitaneados por Bertrand 
                          Du Guesclin. Con su apoyo, Enrique de Trastámara 
                          fue proclamado rey de Castilla en Calahorra en 1366 
                          y ocupó en poco tiempo la totalidad del reino. 
                          Pedro I buscó apoyo en el Príncipe Negro, 
                          gobernador de Aquitania, que penetró también 
                          en la Península con tropas inglesas y derrotó 
                          a los franceses en Nájera (1367). En medio de 
                          una brutal represión contra los partidarios de 
                          Enrique II, éste consiguió recuperar sus 
                          fuerzas, puso sitio a Toledo (1368) y derrotó 
                          a Pedro I en Montiel (1369). Mientras negociaban la 
                          paz en la tienda de Du Guesclin, Enrique asesinó 
                          al rey, poniendo fin a la dinastía castellana 
                          y asentando en el Trono a la Casa de Trastámara.
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